Cuidando a tu familia

Comadre, ser mamá es una de las labores más bonitas, pero también sabemos que, de vez en cuando, puede ser demasiado. Para esos días en que no sabes si rendirte, reír o llorar, te tengo estos consejos. A mí me funcionan de maravilla. Pruébalos, y cuéntame cómo te va:  

1. Ir siempre un paso adelante. ¡Organízate, comadre! Yo sé que a veces no sabemos ni como, pero agárrate un calendario, pégalo en el refrigerador, y anota todos tus pendientes: días para ir al súper, exámenes de los niños, cumpleaños, etcétera. Y todos los domingos por la noche, haz una lista de cosas qué hacer en la semana. Por ejemplo, si hay un cumpleaños, comprar los ingredientes para el pastel.  

2. Echarte porras. Si tú no te reconoces, ¿entonces quién? Vete al espejo y dite a ti misma, en un tono tranquilo pero seguro: “Estoy lista”, “Sí se puede”, “Tengo lo necesario para sacar esto adelante”, “¡Arriba!”. ¿Qué otras frases se te ocurren?  

3. Tomarte tu tiempo. El tiempo jamás nos sobra, pero comadre, si cuando estás cocinando, ya estás pensando en lavar los platos, ¿a qué hora disfrutas de tus platillos? ¿cómo convives con tu familia? Cuando empieces a pensar en lo que sigue, detente, respira, y concéntrate en el presente.  

4. Dejar las culpas atrás. Comadre, mereces darte un tiempo para ti: desde ver tu novela hasta pintarte las uñas. Eso sí, para que funcione, no te sientas culpable por pedirle a tu marido que cuide a los niños esa media hora o que tus hijos mayores te apoyen guardando silencio. Tú haces mucho por todos, haz algo por ti.  

5. Tomar las filas del súper para respirar. Hacer cola en las tortillas o en el súper puede ser muy estresante, ¡porque siempre estás a las prisas! Pero comadre, no te queda de otra más que esperar, así que tómate esos minutos para respirar, ver a tu alrededor, y esperar con tranquilidad. 

6. ¡Reír! ¡Ríete más, comadre! Llámale a tus amigas, ve tus programas favoritos, revisa tus redes sociales, ve tu grupo de WhatsApp. ¡Te lo mereces! Además, te ves más guapa cuando sonríes. Te lo prometo.  

7. Pido apoyo a mis hijos mayores. Comadre, tus hijos mayores ya no son niños. Pueden apoyarte con la limpieza, la cocina, sacar la basura. En fin. Todo esto, además de aligerarte la carga, te ayuda a formar adultos más responsables.  

¿Qué dices, comadre? ¿lo intentamos?